Cuatro días bonitos en Barcelona.


Muy buenas tardes!

Quiero aprovechar este rinconcito para contaros con más calma lo que he disfrutado estos días en mi escapada a Barcelona. Aunque no he hecho lo que verdaderamente se entiende por turismo, pues esta no es mi primera vez en esta ciudad, he estado y comido en sitios muy cool que seguro que os van a encantar.

Día uno. Primera parada: Aeropuerto de Alicante.

Para viajar, siempre algo cómodo, aunque me gusta llegar con un look de diva, la experiencia me ha enseñado que es lo más práctico. Entre el control de la policia para entrar y los pocas o muchas horas enclaustrado.. . Vuestros accesorios obligatorios deben ser un buen libro, auriculares y chicles.

Aunque la opción de coger el tren puede ser más económica, la idea de pasar 7 horas sola allí no me molaba nada.  A pesar de vuestro presupuesto, comprobar siempre la posibilidad de viajar en avión, existe un falso mito de que siempre es más caro cuando no es así. Si la diferencia no es muy significativa, ganamos en tiempo, que eso si que no tiene precio. 7 horas vs. 45 minutos.

Una vez aterrizados en el Prat, mi opción para llegar al centro fue tomar el AeroBus. Salen cada 5 minutos, tiene diferentes paradas y el precio es de 5,90€. El trayecto dura aproximádamente 30 minutos.

Para buscar alojamiento, normalmente uso Booking, nunca me ha dado problemas y he tenido siempre experiencias geeniales. Creo que lo más económico y cómodo es buscar un pequeño apartamento o hostel, todo depende de la ciudad y la temporada.

Gracias a que mi querida Ana vive allí, el alojamiento me salió gratis. Así que si no tenéis amigos que vivan fuera de vuestra tierra, empezar a socializar :) Mi querida tiene un piso muy cute en plaza Universitat, super céntrico. Teníamos Ramblas y plaza Catalunya pegadito.


Para comer fuimos hasta Carrer de Villaroel, venía con ganas de sushi y quedé encantada. Calidad y cantidad perfecta. Se puede elegir entre menú de cuatro platos o buffet. Aquí os dejo el link del restaurante.

http://restaurantsaiko.com/



Después de la comida dimos un paseito hasta casi el final de las ramblas. Había llegado la hora del café y el sitio era mágico. Un bosque plagado de hadas, grillos y árboles.

Bosc de les fades, al lado del museo de cera.




http://www.museocerabcn.com/es/bosc.html

Lo único que no me gustó de este sitio fue la tarta de manzana. Muy poco dulce para mi gusto.

Tras algo de shopping, tarea obligatoria en todos mis viajes, cenamos y descansamos en casa. Al día siguiente era Nochevieja y había que descansar el body para despedir el año correctamente.


Día dos. Nochevieja.

Llegó el momento que más temía y que más disfruté. Mi amiga trabajaba, por lo que me tocaba o, quedarme todo el día en el piso preparando la cena o salir a una ciudad plagada de turistas y gente llenando las aceras. No es la primera vez que ando sola por una gran ciudad, pero no tenía muy controlada la zona y la idea de desubicarme y terminar perdida en algún barrio chungo no me hacía demasiada ilusión.

Pero no me perdí. Me dí un paseo de apróximadamente unos diez kilómetros. Vi pequeños rastrillos de libros, pequeñas figuritas, juegos. Incluso me encontré con una quedada para intercambiar cromos de fútbol y no, no eran todo niños.



Sin duda, lo que más me gusta de Barcelona es lo que se ve y se respira por las calles. Una multiculturalidad diferente a la de Londres por ejemplo, donde puedes encontrar desde abuelitas paseando con sus perros a modernas sacadas de lo más alto de Instagram. Puedes ir andando y escuchar más de cuatro idiomas diferentes en menos de diez pasos andados y eso, al menos a mi, es algo que me encanta.

La mañana y mi paseo sin rumbo continuaban, aunque pequeña y frágil, me estaba acomodando a la idea de andar sola sin saber por donde. Llegó la hora de comer, y mi cuerpo seguía en modo asiático.


Sin querer, me encontré en la puerta de este magnífico restaurante. Me encantó, tomé fideos de arroz con almendras y salsa de curry amarillo y coco. Muy cool y healthy todo claro. Lo recomiendo muy mucho. Además terminé de dominar mi técnica de comer con palillos.

                                                     http://purecuisine.es/es/inicio/


Para variar, el cuerpo me pedía dulce y tuve la suerte de encontrar, como no, un maravilloso Starbucks al poco de salir. Otra visita más que obligatoria en todos mis viajes. Para endulzar el paseo opté por un mocca y un cachito de red velvet.

Con las pilas recargadas continua el día. Dirección a las ramblas, pasé a visitar a mi amiga Ana, eran las tres aproximadamente, tenía tiempo de sobra para preparar la cena, no me había perdido, era el último día del año y había que aprovechar bien lo que quedaba.

La tarde anterior vimos de pasada el museo erótico de Barcelona y una tienda de Pandora, así que este era mi momento.

















Me pareció una idea genial terminar el año dándome estos dos placeres. El museo no era muy grande, pero si que me pareció interesante. El precio para estudiantes es de 8€ y la copa de champagne me la dieron por guapa.

El año dio comienzo entre risoto, vino blanco y cava, mucho cava.
La cena fue con unos completos desconocidos que me parecieron encantadores. Me reí, aprendrí y bebí un montón.




Tras las uvas y campanadas llegaron las lágrimas. Desde que tengo uso de razón, en los primeros minutos del año siento esa congoja, ese nudo en la garganta que te pide llorar. No se si por emoción, felicidad, nostalgia o miedo, pero lo necesitas. Este año ha sido el primero en el que me he dado el lujo de hacerlo. Quizá sea porque sabía que no desencadenaría una llanto en cadena como hubiese pasado si lo hubiese hecho en casa, o por el cava, o porque sabía que la gente que quiero sigue ahí un año más contando conmigo.

El abrazo de mi rubia me supo a todas esas cosas juntas <3

Salimos por el puerto, tuvimos suerte y la entrada nos salió barata, perreamos, nos reimos, nos encontramos una consumición gratis en la cara en el momento adecuado. El sitio estuvo genial, muy recomendado también, buena música y un ambiente muy cool.

 https://grupotragaluz.com/bestial-beach-club-barcelona/

Con frío y en taxi volvimos a casa. Aviso a navegantes, coger un taxi en el puerto, que es la zona de discotecas a las 6 de la mañana es toda una odisea.

Día tres: Año Nuevo.

Digamos, en resumidas cuentas, que hasta la hora de cenar estuvimos en un bucle de cama-comer-sofá-tele-cama. Unos días antes, Ana reservó para reservar en un sitio genial. La primera cena del año en un sitio super cool.

 http://www.ohlabarcelona.com/gastronom-a-a/la-plassohla.htm



Además de estar todo riquísimo, el servicio y el ambiente era perfecto. Nuestra fancy dinner ideal gracias a ellos. Volveré seguro.

Día cuatro.

En mi paseo mañanero de mujer fuerte, libre e independiente como dice Ana,
hice quizá lo más turístico de toda esta escapada.

Visitar La Boquería. Como su propio nombre indica, te hace hace boca. Boca para comerte un camión si se pone por delante. El ambiente, lleno de comida, de colores, de acentos, os podéis hacer una idea de lo que me pareció. No eché ni una foto dentro pues iba embobada con todo lo que veía. Aunque cuesta andar de la cantidad de gente que entra, me gustó mucho.

A la hora de comer, fuimos a un restaurante ecológico en Plaça Catalunya. Además de ser un mercado lleno de productos ecológicos, está incluida una parte wok que termina de hacer al sitio sano y trendy. Me gustó muchísimo, a pesar de no ser muy verde, todo ríquísimo y con un sabor incríble. Me ayudó a abrir un poco más la mente y animarme a incluir este tipo de restaurantes en mis preferidos.

 http://www.tribuwoki.com/restaurante/woki-organic-market-placa-catalunya/





Tras algo de shopping, un cafecito, recoger la maleta, un abrazo de despedida y el aeroBus, mi vuelo sale con una hora de retraso.








 Mi último consejo en esta experiencia mis queridos navegantes, es que no cojáis el último vuelo del día BCN-ALC con Vueling por casi siempre lleva retraso.

















Me vengo más fuerte, más libre y con más ganas.

Sin más, agradecerle estos días a mi pequeña, a Barcelona y a mi corazón por cada latido.








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